"Esta no es una historia de fantasmas. Es una historia de amor."
¿Who you Gonna Call? La pregunta fue formulada por el décimo Doctor en "Army of Ghost" antes de dar caza a uno de los fantasmas de la brecha controlada por Torchwood. La encargada de repetir la respuesta de Rose fue en éste caso Clara Oswald, la cada vez más imposible compañera del Señor del Tiempo. Podemos corroborar además, que el Doctor mantiene su manía de no acercarse demasiado a la cara de aquellos a quien besa en las presentaciones (The Lodger, Clossing Time).
Si hace siete días “Cold War” nos dejó atrancados a bordo de un submarino ruso en el polo Norte, esta semana seguimos sin abandonar los escalofríos gracias a “Hide” y en especial a Neil Cross, que tras su destacable “Rings of Akhaten”, continúa afilando nuestras emociones durante la séptima temporada.
Sea como sea, no podemos negar que el capítulo de esta semana contó con varios elementos que lo hicieron atractivos desde un principio: tenemos a un Doctor “asustado”, a una companion que sigue oscilando entre los claroscuros del misterio y sus desavenencias con la TARDIS, una historia de fantasmas que acaba atravesando los umbrales de la ciencia ficción, y uno de esos romances con final feliz que siempre dejan buen sabor de boca a toda la familia.
"Hide" nos adentra en una casa encantada, ahí donde el ex espía y héroe de guerra Alec (Dougray Scott) y su compañera, un psíquica llamada Emma (Jessica Raines), se han refugiado para esclarecer los misterios de "la bruja del pozo". Pero lo que en un principio se nos sugiere como la clásica historia de terror embebida en los pilares del misterio más previsible: sombras, objetos que se mueven, fantasmas que dejan mensajes en las paredes… gira de pronto la cerradura de lo ordinario para adentrarnos en el mundo de la ciencia ficción, un tránsito tan súbito como espectacular, magistralmente conseguido. Aún desafiando la lógica y la comprensión, ésta aventura consigue arrancarnos del sendero de la previsibilidad (algo que muchos fans echaron en falta precisamente en “Cold War”) para permitir un delicioso cruce entre los dos géneros que pocos vieron acercarse.
Ese envolvente universo paralelo tenía casi los mismos elementos de la serie clásica, donde lo sobrenatural, lo extraño, acaba a menudo conjugándose con aquellas entidades del “Espacio exterior” casi al más puro estilo Lovecraft, donde los fantasmas no son propiamente fantasmas, donde los escalofríos de las mansiones terminan siempre atravesando sus muros para llevarnos a la inmensidad de un cosmos habitado por criaturas superiores. Criaturas solitarias.
Destacables fueron también los actores de esta semana: Dougray Scott y Jessica Raine encarnaron a dos personas sin esperanza en el amor, dos personas con miedo a declarar sus sentimientos….
En medio de todos los giros y vueltas de la trama, el mejor momento fue sin duda cuando el Doctor se dio cuenta de que el malévolo ser del que había estado huyendo, era en realidad otro extranjero, otro monstruo más de solitario corazón (un tema sin duda recurrente y que ya pudimos ver en “El complejo del Dios”)
La TARDIS deja a un lado esa aversión por Clara Oswald y hasta parece formar un pacto para rescatar a un perdido y desesperado Doctor, un hombre que ambas necesitan y por el que merece la pena asociarse.
La séptima temporada de Doctor Who parece estar fabricada de aplausos por los chefs-fans de la serie, sacando buenas notas en sus exámenes de apreciación y horneándose con gluten de la complacencia.
Solo nos falta saber que nota le ponen los fans de España y LatinAmérica al episodio HIDE.
Y tu... ¿Qué opinas sobre HIDE?
Artículo de Jorge Maseda y Alicia Winter.
Doctor Who España y LatinAmérica, Papel Psíquico.